Es algo que nos preguntan constantemente: “¿El Arte sirve para educar a los niños?” Nosotros siempre respondemos que sí, que el Arte es un lenguaje, una herramienta, una manera distinta y enriquecedora de percibir el mundo.
“¿Pero exactamente qué hace el Arte para educar a los niños?” Insisten algunas de las personas que nos hicieron la pregunta anterior.
Pues, montones de cosas. Por ejemplo…
El Arte es comunicación
Los niños expresan muchos de sus sentimientos y muchas de sus emociones a través de dibujos, esculturas y collages. De forma instintiva, comienzan a relacionar la obra de los artistas con sus propias obras. Aprenden un lenguaje nuevo que les servirá para entenderse mejor a sí mismos y a los demás.
El Arte es autoafirmación
Los niños se sienten satisfechos al terminar una obra artística hecha por ellos. Nos la enseñan orgullosos. Entre otras cosas, porque es suya, única, original, distinta a las de los demás. Cada vez que les felicitamos por lo que han hecho, su autoestima crece.
De la idea al Te quiero mucho
El Arte es simbólico
Dos puntitos redondos, una línea recta y medio círculo. Eso es una cara dibujada por un niño. El Arte sirve para traducir el mundo que nos rodea en signos, en símbolos reinterpretables. De esta forma, se estimula el pensamiento abstracto de los niños. Y también se refuerza el aprendizaje de la escritura, la lectura y las matemáticas.
El Arte es afectividad
Educar a los niños dibujando, pintando o modelando con ellos es una actividad que genera apego. Cuando un adulto y un niño comparten una actividad artística entran en juego todo tipo de estímulos: el contacto físico con los materiales, la diversión creativa sin complejos, la ejecución de un proyecto conjunto.
Del análisis a la acción
El Arte es percepción
Los niños aprenden mucho a través de lo que ven. Son imitadores natos. Si ponemos a un niño en contacto con el Arte en edades muy tempranas les estaremos ayudando a familiarizarse con él. Copiando el estilo de grandes artistas entrarán en contacto con otras formas de percepción del mundo. Su visión interna y externa se enriquecerá.
El Arte es emprendedor
Al ejecutar una obra artística, el niño necesariamente aprende a tomar decisiones por su cuenta: qué tema tratar, qué materiales utilizar, qué colores elegir. Cada decisión que tomen tendrá sus consecuencias. Los niños familiarizados con el Arte saben que un problema puede resolverse de muchas formas: sólo hace falta echarle imaginación y ponerse manos a la obra.
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