En este texto exclusivo para PLOM Gallery, el escritor y periodista Pedro Calleja destaca lo importante que es que un niño descubra por sí mismo el valor de una obra de arte original, como Pitufina, de Cristina Borobia, de venta en nuestra SHOP.

Yo, entonces, no era consciente, pero las primeras obras de arte que tuve en propiedad fueron los dibujos que me hacía mi padre allá por 1965 – 1966.

Los copiaba de las portadas de la revista Le Journal de Mickey. Eran copias meticulosas de los originales impresos, impecablemente entintadas y coloreadas y reproducidas sobre cartón gris.

Todavía las conservo. Para mí, son obras de arte originales: me dicen más sobre mi padre que sobre los dibujantes de Disney a los que copiaba.

Silueta, tinta china sobre papel de algodón, 30×40.

Arte original de Vall Karsunke.

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Restaurante Fée rouge, 40×40, arte original de Ibie.

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Arte original de una persona original

Las obras de arte originales tienen siempre algo del autor que las dibuja o las pinta o las graba o las serigrafía. Algo físico, aunque no se pueda ni oler ni tocar ni saborear ni ver ni oír.

Cuando un niño se da cuenta de que un cuadro ha sido pintado por alguien real, que tiene nombre y cara y existe, es como si descubriese otro mundo.

Chica elástica II, lápiz sobre papel, 25cmx35cm

Arte original de Miju Lee.

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Cuando se da cuenta de que hay cosas que tienen más valor que otras porque alguien las ha hecho de una cierta manera, todo a su alrededor cobra un nuevo sentido.

Es un descubrimiento que hace crecer, que hace madurar, que hace reflexionar y que, con frecuencia, enciende motores creativos insospechados.

Pedro Calleja es periodista y creativo publicitario. Su hijo, Pedro Calleja Puebla, es el propietario de una de las 100 copias de la serie limitada El diablo santo, de Sergio Mora, de venta en Plom Gallery.