Vittoria Drago es italiana, nacida en Bérgamo. Actualmente vive en Barcelona. Aquí lleva a cabo su obra artística en un acogedor taller del barrio de Gracia. Y aquí es, también, donde ha descubierto su gran conexión con los niños a través del arte. Desde hace más de un año imparte las extraescolares de arte contemporáneo de PLOM Gallery, en las que es, ante todo, feliz. Nos cuenta cómo empezó a trabajar con niños y por qué el arte puede ayudarlos en todos los ámbitos de la vida.
El taller de Vittoria es tan inspirador como ella misma.
¿Qué querías ser de pequeña?
¡Arquitecta! Como mi padre, mi hermano, mi abuelo y mi bisabuelo. Vengo de una familia de arquitectos. De pequeña siempre decía que quería “dibujar casas”. Pero cuando llegó el momento de elegir especialidad, el profesor de plástica me dijo que era muy buena en artes plásticas. ¡Suerte que le escuché! Fue el mejor consejo que me han dado en la vida.
¿Cómo reaccionaron tus padres?
Ellos querían que hiciera un oficio, así que me apunté a una facultad de restauración pictórica. Me dedicaba a restaurar piezas y frescos. Lo compaginaba con la realización de retratos por encargo. Tenía muy buena técnica pero me apetecía desarrollar mi parte más creativa.
¿Cuándo empezaste a crear tu estilo propio?
La gráfica hecha a mano siempre me ha apasionado. En la facultad de Bellas Artes tuve un profesor que hizo que me enamorara de las técnicas de grabado, se salía del papel clásico que tenían todas las demás asignaturas. Nos hacía aprender las técnicas y nos hacía experimentar siendo libres de equivocarnos. Siempre nos decía: “el único límite es vuestra creatividad”. Vi que el printmaking era mi camino…
Qué técnicas usas en la realización de tus piezas?
Toda mi obra es estampada. Imprimo sobre tela y también pinto sobre ella. A veces mezclo pintura, grabado y collage.
Se puede observar cierta influencia de la escuela Bauhaus en el estilo de Vittoria Drago.
Sí, siempre me ha encantado la visión y la práctica vanguardista de la Bauhaus. Me gusta fusionar las Bellas Artes, la artesanía y la tecnología. Soy muy fan de los tres colores primarios y de las tres formas geométricas básicas. Actualmente me interesa mucho la geometría.
No hay medias tintas en tu obra. Tus piezas son o muy coloridas, o en blanco y negro. ¿Se debe al estado de ánimo de cada momento?
Todas las personas tienen una polaridad que convive dentro de ellas. Yo intento entenderme a mí misma a través de mi propia obra. Es como una forma de meditación. Dentro de mí conviven tormenta y paz; realismo y abstracción; naturaleza y geometría.
¿Cómo conociste a Martha Zimmermann y su proyecto PLOM Gallery?
¡Nos conocimos por las redes sociales! Empezamos a seguirnos en Instagram y a comentar nuestras fotos. Nos vimos por primera vez hace dos años, en Movimiento en Blanco, mi primera exposición en solitario en Barcelona.
¿Cuándo empezasteis a colaborar?
Mi primera colaboración con PLOM Gallery fue en el SWAB (Barcelona Contemporary Art Fair). Hicimos un workshop para niños durante 3 días. Sentí mucha conexión con los niños. Anteriormente había hecho talleres infantiles en Italia, de una o dos horas. Pero en el SWAB estuvimos 3 días muy intensos en los que fui muy feliz.
Vittoria con dos participantes de nuestra más reciente colaboración, en el TheCreativeFest ’19.
Ciertamente, al verte dar las clases uno observa la enorme conexión que tienes con los niños…
Yo creo que todos los artistas llevamos un niño dentro. En mi caso, tengo mucha empatía con ellos. Siempre me emociono mucho.
Hace ya un año que empezaste a dirigir las extraescolares de arte contemporáneo de PLOM Gallery. ¿Cuál ha sido la clase que más han disfrutado?
Intento hacer clases muy variadas. A algunos les gusta más recortar, a otros dibujar. Procuro cambiar constantemente. En este sentido, me ha ayudado mucho mi formación técnica. Pero si tuviera que elegir, diría que los niños se lo pasaron genial con el art brut, sobre todo los mayores. También les encantó el trabajo que hicimos con Picasso. Ellos mismo se convirtieron en picassini (pequeños Picassos). Hicimos face-painting, fotografía, collage… Dimos rienda suelta a la imaginación y el resultado fue increíble.
Fue muy emocionante montar la vernissage de final de curso, cuando vieron el resultado estaban atónitos ante el trabajo realizado durante todos estos meses.
¿Con qué momento te quedarías?
Me siento muy realizada cuando llego a casa, repaso las fotos de lo que hemos hecho y veo lo bien que se lo han pasado. Me llena muchísimo cuando al final de la clase se acerca alguno de los niños con un dibujo para mí; cuando los más pequeños se despiden de mí con un enorme abrazo o cuando veo a los padres contentos.
Vittoria acompañando a dos alumnas en la creación de este genial mural estampado.
¿Qué le dirías a unos padres cuyo hijo quiere ser artista?
¡Qué le apoyen! No hay nada peor que dedicarte a algo que te imponen o que no te gusta. Si ven que el niño tiene cualidades, que le animen a desarrollarlas.
¿Crees que ha habido un cambio generacional en la mentalidad de los padres?
Sí. La gente es más abierta. Veo padres jóvenes y veo niños que pueden llegar a ser unos ilustradores maravillosos en el futuro. Estoy segura de que no tendrán problemas en sentirse apoyados.
Los padres cada vez están más interesados en que sus hijos sean creativos. La creatividad no sirve sólo para hacer piezas de arte, sirve en todos los sentidos de la vida. Te ayuda a ser más resolutivo y a entenderte mejor a ti mismo.
“La creatividad ayuda a desarrollar niños más felices”
Vittoria Drago.
¿Qué sueños te quedan por cumplir?
Me encantaría tener la oportunidad de trabajar con niños refugiados. El arte puede ayudarles muchísimo a tener un momento de felicidad y evadirse de su triste realidad. Me gustaría también, poder llevar a cabo una acción de arte colectivo con los niños, en algún espacio de la ciudad. Y, por supuesto, seguir desarrollando mis proyectos como artista y trabajando con niños.
Entrevista realizada por Ariadna Rousaud para PLOM Gallery
Fotografías: @kimuytterhaegen