Yayoi Kusama
Yayoi Kusama (1929) nació en Matsumoto, una pequeña ciudad rural de Japón, que en esos años era un país todavía muy tradicional. Yayoi creció rodeada de campos. Su familia, importantes terratenientes, se dedicaba al cultivo y venta al mayor tanto de semillas como de flores. Su madre esperó siempre que su hija se convirtiera en la esposa y ama de casa tal como marcaba la tradición para una mujer, pero Yayoi fué siempre rebelde y tenía planes diferentes. Desde muy pequeña su principal actividad era dibujar, algo que su madre tampoco acababa de aceptar. A los 10 años, Yayoi sufrió su primera alucinación estando en el campo dibujando: todo a su alrededor empezó a convertirse en miles de puntos que se multiplicaban hasta el infinito. Para poder superar el miedo y la ansiedad que esta primera crisis le causó, empezó a representarlo todo tal como lo había visto, lleno de puntos. Es a partir de ese momento que sus alucinaciones son la fuente de su arte de la repetición.
Siendo adolescente logra convencer a sus padres para estudiar Bellas Artes en Kioto, y terminados sus estudios decide que no puede seguir viviendo en Japón si quiere convertirse en la artista que realmente quiere ser. Además sus alucinaciones no cesan y su psiquiatra le aconseja viajar. Por eso en el año 1957, decide hacer las maletas con 2.000 dibujos y trasladarse a New York, una ciudad donde sucede todo lo que a ella le interesa del arte. Sus primeras obras realizadas en el estudio que alquila para trabajar y vivir son grandes superficies de puntos, Su situación estos primeros años no es fácil : es mujer y extranjera, no conoce bien el idioma, y aunque tiene algunos buenos contactos, como la artista ya reconocida Georgia O´Keeffe, no obtiene la respuesta que ella espera. Además tiene que lidiar con su ansiedad y sus problemas mentales. A pesar de todas estas dificultades, Yayoi se prometió a si misma que llegaría a ser una famosa artista y todos sus movimientos han ido en esa dirección. Fué pionera en varios movimientos artísticos: la performance, las habitaciones con espejos, las esculturas blandas, los happenings, la repetición de motivos en pintura…. Varios artistas hombres como Warhol, Oldenburg, Lichtenstein… quizás se “apropiaron” de algunas de sus ideas y no dejaron que su figura brillara como se merecía.
En 1976, deja New York por qué su salud mental empeora y vuelve a Japón donde se instala en una clínica psiquiátrica en la que sigue residiendo actualmente, pero no deja nunca de trabajar y crear. En esos años comienza a escribir novelas, historias cortas y poesía. No es hasta casi los años 90 en el que se realizan varias retrospectivas que empieza a captar la atención del público, incluso llega a ser la artista invitada para representar a Japón en la Bienal de Venecia ( algo que ya había hecho en el año 1966 sin ser invitada con la misma propuesta artística, “El Jardín de Narciso”.
Desde el 2012 su fama y reconocimiento no han parado de crecer. Todo el mundo reconoce sus flores gigantes y sus calabazas. Las exposiciones en los principales museos de arte contemporáneo a nivel mundial convocan a miles de personas que hacen cola durante horas para poder disfrutar de un minuto en sus “Infinity Rooms” y para fotografiar y compartirlo en las redes sociales. Es por eso que actualmente es la artista más popular del mundo.
Yayoi Kusama tiene actualmente 95 años, pero sigue trabajando diariamente 8 horas y participa y asiste a todas las exposiciones que se organizan alrededor del mundo.